El sorteo y el apartado

04.07.2014 00:00

Las reses han sido ya reconocidas y aprobadas por los veterinarios, como aptas para la lidia. ¿Pero de  que forma se determina  cuales son a las que cada matador deberá enfrentarse? Como en casi todo lo que rodea a este mundo, la tradición impuso un sistema, que se convirtió en costumbre y luego se hizo ley, pasando por cada uno de los reglamentos, hasta llegar a los actuales – actuales, en plural ya que coexisten en el Estado, el General y el de la Comunidad Autonómica del País Vasco, (también de otras comunidades autónomas)además de los portugués, francés y de los países americanos, tal como analizaremos más adelante.

    El proceso de elección seria el siguiente: Los toros agrupados se encuentran juntos en un corral, y el mayoral (persona de confianza del ganadero y quién los cuida), los mueve para que esas evoluciones sean observadas por los representantes de cada cuadrilla. Normalmente estos son los tres banderilleros, el apoderado, etc.,  en total entre doce y quince personas. Los toros no tienen el mismo peso, ni las mismas defensas, ni el mismo trapio (tipo, hechuras, en lenguaje taurino). Por lo tanto este grupo de entendidos deberá ponerse de acuerdo hasta lograr un consenso y determinar tres lotes mas o menos emparejados, en cuanto a las características zootécnicas arriba indicada (peso, defensas y trapio). Cuando todo el mundo está de acuerdo llega el momento del sorteo que sigue el siguiente ritual:

  • Un representante de cada cuadrilla, acompañados del mayoral se personan ante la Autoridad – compuesta en este caso del Presidente de la Corrida y del Delegado Gubernativo-.
  • En tres papeles de fumar anotan los números de los toros por lotes. Ejemplo: 144-56  2-87   43-106.
  • Estrujan los papeles hasta hacer con ellos tres bolitas, y los entregan al Delegado, quién los introduce en el sombrero de ala ancha del mayoral. Si hay otro mayoral , cede su sombrero para tapar el anterior, sino se hace con un periódico, gorra, etc.
  • El representante de la cuadrilla del matador más moderno de alternativa, por lo tanto quién actúa en tercer lugar, agita o remueve los sombreros.  
  • El representante de confianza de la cuadrilla del matador más antiguo (normalmente se santigua, o cruza los dedos o realiza cualquier gesto supersticioso) mete la mano y saca una de las bolitas.
  • Abre la bolita y la entrega al Delegado, quién anota el lote correspondiente.
  • Misma operación para el representante del segundo espada actuante.
  • El representante del tercer espada retira la última bolita.
  • Vuelven los tres representantes ante el Delegado y le indican el orden  en que quieren que se lidien entre los suyos. Ejemplo: el primer espada tuvo el lote 43-106 y escoge el 106 en primer lugar y el 43en cuarto lugar.

 

A continuación el Delegado levanta un acta donde se refleja el orden definitivo indicando de forma pormenorizada los datos correspondientes a cada res. Ejemplo:

 

Orden             Nº        Nombre                      Capa                           Peso                Torero

 

1º                    106      Lagarto           Negro Bragado y Meano         516 Kg       C. Romero

 

 

Se incluye en este acta a los toros sobreros, dos normalmente, y se firma.

    En ese momento los toros ya asignados deben enchiquerarse, es decir pasar a ocupar unos corrales individuales, sin luz, donde permanecerán casi sin poder moverse durante las cinco o seis horas previas a su salida al ruedo. El ritual es lento, ceremonioso; hay que ir apartando  cada toro con cuidado, para que no se lastime, no se ataquen los toros entre ellos...  Esta operación se hace en el mayor silencio posible, con público muchas veces y poco a poco a través de pasillos, puertas corredizas, etc., se van separando los animales hasta quedar encerrados, enchiquerados alrededor de un corral central con balconcillo alrededor, al que accederán minutos antes de su salida al ruedo.

    Este ceremonial se repite cada mediodía, con mas o menos pequeñas variaciones.

    ¿Es necesario todo este ritual para determinar un orden? ¿No podría realizarse este mismo proceso de forma mucho más rápida, empleando los modernos sistemas informáticos, por ejemplo? Introducimos los datos zootécnicos de los astados y el ordenador nos confecciona unos lotes que aleatoriamente son asignados a cada matador, a quién solamente se le permite determinar el orden; quizás además podría    hacerse desde  el hotel, a través de internet. Imposible,  el espectáculo necesita esa magia, esa consecución de gestos, movimientos, comentarios, rito ceremonioso en resumen.     Si a la Fiesta de los toros la despojamos de ese envoltorio de color, misterio, plasticidad, la destruimos.

Manuel Harina.