Tiempo de reflexión

04.07.2014 00:00

Con el recuerdo de “Cayetano” saludando al público de Illumbe al abandonar el ruedo, se cierra  el último capitulo de la temporada 2005 en la plaza donostiarra.  Quizás sea este el momento adecuado, sin esperar más, para plantearnos una serie de cuestiones que nos obliguen a realizar un ejercicio de reflexión en los meses venideros. Tiempo en el que nos solemos conformar, la mayoría,  con leer, asistir a conferencias, ver videos, trasmisiones ocasionales de Tv. , etc.  para seguir alimentando nuestra afición. Yo, quiero recapacitar, al menos, sobre tres aspectos que me inquietan como aficionado.

    En primer lugar, la asistencia.  Después de veinticinco años sin toros, tampoco entendí muy bien, aunque me satisfizo, el “boom” de los dos primeros años. Efectivamente debía asentarse en  los siguientes, pero las entradas este año han sido, en cierta medida, alarmantes. Un bajón en el número de abonos  y ni un solo día  el papel agotado. Bien es cierto, que en la novillada de regatas, con fútbol, carreras de caballos, y mal tiempo hubo más de tres cuartos de aforo. ¿ Tendría algo que ver el indulto de Muroalto?    

    En segundo termino, los carteles. No me planteo el cuestionar a la empresa. Creo que después de dos años para olvidar, quiso hacer las cosas muy bien pensadas.  Preguntó a aficionados, a periodistas, a las Peñas, sobre sus querencias de toros y toreros. ¿Hubo exceso del encaste Domecq?¿Deberían acudir, al menos las figuras, dos tardes? ¿Estamos cansados de la corrida de  rejones? ¿Preferimos ganaderías con mas movilidad aunque sean mas lidiables y menos toreables?    

    Y por ultimo, los “taurinos donostiarras”. No quisiera ser pedante pero parecemos “los Reinos de Taifas”.  Sin plaza y en los primeros tiempos de Illumbe todos  contentos y sobre todo unidos. Hoy, Peñas, Foros, Círculos, Aficionados sueltos, grupúsculos varios, hacemos la guerra a nuestro aire e incluso en muchas ocasiones parece que nos queremos meter el dedo en el ojo. Por favor, que se trata de una Afición y de una Fiesta, y que más quieren los grupos antitaurinos ( ellos sí, sin fisuras) que nosotros no estemos unidos. Bienvenidas sean todas las actividades en los meses de invierno y procuremos asistir a todas las que podamos; evidentemente no las hagamos coincidir. Ojalá se multipliquen igualmente durante la Semana Grande de 2006 las Charlas, Coloquios, Aperitivos y hasta Meriendas Taurinas; todas con éxito de público, porque ello significará que estamos vivos, que la afición esta pujante y aumenta.

    Por cierto, no me preocupan las discusiones sobre si la oreja ha sido merecida, si este torea mejor que aquel, si el toro tal  ha humillado más o menos, si la figura se coloca  “fuera de cacho” o “codillea”, si el novillero clava las zapatillas o no..... esas y otras parecidas, son las eternas y maravillosas polémicas  entre aficionados,  que han mantenido viva esta Fiesta a lo largo de los siglos. 

Manuel Harina.